El dióxido de carbono es una sustancia formada por un átomo de carbono unido a dos átomos de oxígeno (CO2). Se encuentra en estado sólido como el hielo seco, mientras que en estado gaseoso es incoloro e inodoro. Es particularmente abundante en el planeta Venus. .
El CO2 es conocido en el mundo científico como dióxido o más bien dióxido de carbono, y es muy utilizado con fines terapéuticos, pudiendo utilizarse en diversas ramas de la medicina, desde la angiología hasta la medicina estética, encontrando aplicación también en la medicina deportiva y en el campo ortopédico. El método tiene una larga historia a sus espaldas, que comenzó en el sector de los balnearios a principios del siglo XX, donde se observó que los pacientes sometidos a un tratamiento termal con agua carbónica por problemas vasculares podían mejorar su marcha, reduciendo el dolor durante el camino. Posteriormente, ante los alentadores resultados obtenidos en el ambiente del spa, algunos médicos comenzaron a realizar infiltraciones subcutáneas de dióxido de carbono; de esta forma se valoró tanto su no toxicidad, a determinadas dosis, como sus efectos terapéuticos.
En estas pequeñas ramas vasculares, el flujo está esencialmente regulado principalmente por factores locales, como la adenosina, el propio dióxido de carbono, así como diversos iones. Además, sabemos que el flujo sanguíneo se regula en cada zona del cuerpo en función de las necesidades metabólicas locales, si éstas cambian, el flujo vascular también cambia y se adapta a las nuevas demandas metabólicas.
Todos estos cambios nos permiten en definitiva mantener constante:
- suministro de oxígeno;
- suministro de nutrientes (micro y macronutrientes);
- eliminación de CO2;
- concentración de iones;
- transporte de hormonas.
El CO2 carbomedado actúa delicadamente sobre los mecanismos mencionados anteriormente, reequilibrando en última instancia la microcirculación. De hecho, interfiere con los factores que regulan la circulación local a corto plazo, resultando en un aumento del flujo, a través de: una notoria vasodilatación arterial. actuando sobre los esfínteres precapilares. Además, la introducción del gas medicinal activa los receptores responsables de la percepción de los estímulos mecánicos, con la liberación de sustancias que activan las enzimas que descomponen los triglicéridos contenidos en las células adiposas, con un efecto lipolítico final y la consiguiente reducción del tejido adiposo.
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